viernes, 18 de diciembre de 2015

Votar en conciencia, votar para el vuelco. Meditaciones para la jornada de reflexión del 19D de 2015

Preludio armónico e hiperestésico del autor del blog

¡Oh, Tú, ESPAÑOL resignado de frágil memoria!
¡Oh, Tú, JUVENTUD más joven!
¡Oh, Tú, MUJER Y MADRE española!           
Salid de vuestro letargo, huid de la desidia, afinad el pensamiento, ejerced vuestra fuerza de grano de arena en el desierto, asumid la responsabilidad, sed valientes. Un mañana mejor para nuestros hijos es posible.
¡Vota en conciencia, ESPAÑOL!
No te dejes engañar otra vez por la ética de humo de los que se quedan mudos cuando se les pregunta por la idea que tienen de España, no te resignes a la farfulla dialéctica miserable y mediocre, permite que brote el discurso conciliador de la savia joven regeneradora de vida, haz posible con tu voto el vuelco desde la insensatez a la cordura, la esperanza y el progreso. Para ti es ahora o puede que nunca. De ti depende.

Meditación número uno
Florilegio de Granada La Bella, Ángel Ganivet

“Un tipo de los más perniciosos que pueden existir en una sociedad es «el hombre de conocimientos generales», eufemismo con que se encubren la osadía y la ignorancia, y a ese tipo están confiados en España todos los negocios públicos. Un buen médico, un excelente farmacéutico, un notable matemático, hasta un abogado que estudie a conciencia las leyes, están incapacitados de hecho: son especialistas, hombres técnicos, que no pueden «abrazar en su totalidad los arduos y complejos problemas de la política y de la administración». Para abrazarlos se necesita tener una cultura más general. Y a falta de hombres que posean realmente esta cultura —contados son en España los gobernantes que la poseen—, vienen a ocupar el hueco los que tienen traza de listos y parecen capaces de dominar toda clase de cuestiones, aunque por el momento las desconozcan”.
………………….
“Y parece que estamos condenados a padecer eternamente bajo el poder de los hombres decorativos: era natural que al quedarnos arruinados desapareciera la especie; pero, según hemos visto, no ha hecho más que transformarse: ahora es el que, no pudiendo pasar de aprendiz en ningún oficio, se declara maestro en el arte de gobernar; es el que, demasiado ignorante para desempeñar cargos pequeños, «está indicado por la opinión» para los altos cargos; es el alto funcionario que, con la frente preñada de conceptos brillantes, se encierra en su gabinete para resolver los «arduos problemas»; y si le vemos por el ojo de la cerradura, está entretenido en hacer pajaritas de papel.
La conclusión de esta plática: ¿es que debemos empuñar la trompa épica y tocar un himno revolucionario? De ningún modo. El hombre de las ideas generales se multiplica en el agua turbia. Cuando un labrador ve sus campos llenos de mala hierba, no la quita a cañonazos; lo que hace es llamar a los escardadores”.

Meditación número dos
Florilegio de Idearium español, Ángel Ganivet

España debe de hacer como aquel padre salvaje y amantísimo; que por algo es patria de Guzmán el Bueno, que dejó degollar a su hijo ante los muros de Tarifa. Algunas almas sentimentales dirán de fijo que el recurso es demasiado brutal; pero en presencia de la ruina espiritual de España, hay que ponerse una piedra en el sitio donde está el corazón y hay que arrojar aunque sea un millón de españoles a los lobos, si no queremos arrojarnos todos a los puercos.

Meditación número tres
Florilegio de la La ruta de don Quijote, José Martínez Ruiz.

Decidme, ¿no es este el medio en que florecen las voluntades solitarias, libres, llenas de ideal —como la de Alonso Quijano el Bueno—; pero ensimismadas, soñadoras, incapaces, en definitiva, de concertarse en los prosaicos, vulgares, pacientes pactos que la marcha de los pueblos exige?
¿Qué hay en esta patria del buen Caballero de la Triste Figura que así rompe en un punto, a lo mejor de la carrera, las voluntades más enhiestas?
¿No es esta la patria del gran ensoñador don Alonso Quijano? ¿No está en este pueblo compendiada la historia eterna de la tierra española? ¿No es esto la fantasía loca, irrazonada e impetuosa que rompe de pronto la inacción para caer otra vez estérilmente en el marasmo?

Meditación número cuatro
Florilegio de Tiempo y cosas, José Martínez Ruiz

¿No conocéis los viajes que nuestros políticos hacen de cuando en cuando a provincias? ¿No sabéis que el mismo ambiente de que viven rodeados en Madrid lo llevan a los pueblos y las ciudades, y que los comités, los recibimientos, los entusiasmos de los correligionarios, las intrigas, las disensiones pequeñas que hay que solucionar forman como un muro formidable, que hacen que tal político no se percate de la verdadera vida, dolorosa, angustiosa, de España?
………………
No hay más que ver la anarquía que reina en los espíritus, la obra disolvente de los partidos políticos, los prejuicios de la Prensa, el escepticismo, cada vez mayor, del pueblo hacia las clases directoras, la indiferencia cada vez más profunda de las clases directoras por el porvenir de la nación, el desvío y la pugna de unas regiones con otras. ¿Cómo encontrar aquí la saturación de un ideal común, que es lo que da la fuerza y el ímpetu para las empresas bienhechoras?

Meditación número cinco
Estrambote Al Túmulo del Rey Felipe II en Sevilla, Miguel de Cervantes

Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla;
porque ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto
por qozar este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente.

Esto oyó un valentón, y dijo: "Es cierto
cuanto dice voacé, señor soldado.
Y el que dijere lo contrario, miente."

Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.

Meditación número seis
A una España joven, Antonio Machado

... Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,
la malherida España, de Carnaval vestida
nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.

Fue ayer; éramos casi adolescentes; era
con tiempo malo, encinta de lúgubres presagios,
cuando montar quisimos en pelo una quimera,
mientras la mar dormía ahíta de naufragios.

Dejamos en el puerto la sórdida galera,
y en una nave de oro nos plugo navegar
hacia los altos mares, sin aguardar ribera,
lanzando velas y anclas y gobernalle al mar.

Ya entonces, por el fondo de nuestro sueño —herencia
de un siglo que vencido sin gloria se alejaba—
un alba entrar quería; con nuestra turbulencia
la luz de las divinas ideas batallaba.

Mas cada cual el rumbo siguió de su locura;
agilitó su brazo, acreditó su brío;
dejó como un espejo bruñida su armadura
y dijo: “El hoy es malo, pero el mañana... es mío”.

Y es hoy aquel mañana de ayer... Y España toda,
con sucios oropeles de Carnaval vestida
aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda;
mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida.

Tú, juventud más joven, si de más alta cumbre
la voluntad te llega, irás a tu aventura
despierta y transparente a la divina lumbre:
como el diamante clara, como el diamante pura.

Meditación número siete
España, aparte de mi este cáliz, Cesar Vallejo

¡CUÍDATE, ESPAÑA...!

¡CUÍDATE, ESPAÑA, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!…

Meditación número ocho
A Federico García Lorca, Miguel de Unamuno

Español, español,
saca los pechos y ponte al sol!
Llévate a cuestas la casa;
el vivido es lo que pasa
y se queda el porvivir.
Mañana será otro día;
cada día su alegría
con su pena de sufrir.
Cada día su mañana
con la santísima gana
de cantar.
Quién nos quita lo vivido?
En el seno del olvido
el descanso de soñar!

Memento final
Última escena de Juan Nadie, Frank Capra (modificada con arenga, pirueta y doble salto mortal final, por el autor del blog)

ESPAÑOL, ESPAÑOL, mírame, ¿quieres ser honesto, verdad? No tienes por qué morir para mantener la idea de Juan Nadie. Ya murió alguien para mantenerla viva. El primer Juan Nadie, y la idea ha sobrevivido dos mil años. Fue él el que la mantuvo viva y seguirá existiendo ahora y siempre hasta el fin del mundo. Por cada movimiento Juan Nadie que sea suprimido nacerá uno nuevo; por eso suenan las campanas, ESPAÑOL, están llamando, nos llaman para que no abandonemos la lucha, para seguir creyendo. No te das cuenta, no hay tiempo para abandonar, tú y yo ESPAÑOL, hemos de seguir.

VOTA ESPAÑOL, ES AHORA O NUNCA: POR EL VUELCO, POR EL CAMBIO SENSATO, POR UN AMANECER DE ILUSIÓN PARA NUESTROS HIJOS.

sábado, 5 de diciembre de 2015

¡Qué bello es haber vivido!

A José Luis Novis Jaime (In memoriam)

La tarde se acortaba un poco más y se me echaba encima, el cielo se apagaba entre franjas rojizas y retazos blancos; se hacía la noche. El aprendiz diletante, escribía, releía, dudaba, presentía.
José Luis se ha ido en silencio, con el silencio del otoño que declina, un silencio solemne.
Bullicio, jolgorio, compra desenfrenada, villancicos que resuenan por los altavoces de los centros comerciales, ruido de cascabeles, olor a castaña asada.
Último repique de campanas, rezos, ruegos, susurros plañideros. ¡Padre, Madre, escuchad nuestras deprecaciones!
El ambiente navideño hace que éste sea un día más gris, más triste, más frío. En mi alma solo oigo un gran silencio.
El escritor diletante se entristece de no tener ya la complicidad del hombre sensato. Se avergüenza de su falta de piedad, de la cristiana visita y conversación aliviadora con el enfermo que ya nunca podrá ser, de no haber tenido si quiera el valor de compartir los postreros minutos en el último adiós. Se siente miserable al escribir estas inútiles líneas póstumas.
José Luis se ha ido en silencio, con el silencio del otoño que declina, un silencio solemne.
Se hace de noche en el alma. La soledad la inunda. Meditación y dolor extático se imponen. El alma dañada quiere olvidarse del tráfago de la vida y dedicar la mañana a despedirse del Hombre insignificante.

Querido tío José Luis, por fin descansas:

Se acabó el dolor, se acabó la monotonía de este vivir en círculo tan de los seres humanos. Dejas tu hogar en esta tierra que es sólo de tránsito, perece tu carne para hacerte espíritu eterno en nuestros corazones. Dices adiós a tu mujer Chus; a tus hijas María Jesús, Teresa, Carmen y Carlota; a tus muchos nietos; la familia que creaste, amaste y por la que tanto luchaste. Experimentas la palingenesia al reencontrarte con la madre Aurora, el padre Antonio, y los antepasados queridos que, como hoy tú y mañana nosotros, un día se fueron hacía donde tú ahora partes.
Soportaste la cruel enfermedad más allá de lo tolerable, con la plena consciencia de humanidad con la que el humano dolor se manifiesta, en amoroso afán de apurar el último segundo junto a los tuyos cercanos y más queridos, inevitablemente quejoso, deprimido, pero con resignación cristiana, aferrándote a la Fe para alcanzar el necesario sosiego del espíritu.
Descanse en paz el hombre que pasó bueno por la vida. Ya todo es sosiego, ya todo es calma.
Hoy es un día más gris, más triste, más frío. José Luis se ha ido en silencio, con el silencio del otoño que declina, un silencio solemne, un silencio que ensordece.

¡¿Qué bello es haber vivido, verdad?!

Gracias, José Luis,
por el consejo sabio y oportuno,
por la mano firme cuando estaba al borde del vacío,
por tus recuerdos compartidos,
por tu generosidad ante el naufragio familiar
Verdaderamente un hombre no puede fracasar si tiene amigos
¡Ah!, y gracias por las alas.