jueves, 10 de abril de 2014

Asquerosa

Es rigurosamente cierto que el dieciocho de diciembre del año del Señor de MMXIII, en plena proclama nacional catalanista y cuando me disponía a dar buena cuenta de mi tosta de pan con tomate, jamón y aceite de oliva virgen extra, los mil hombres y mil mujeres del municipio granadino de Valderrubio (antigua Asquerosa, Aquae Rosae para los romanos, con su correspondiente gentilicio) quedaban segregados definitivamente de los seis mil granadinos de Pinos Puente, para mayor gloria y mejor gestión de sus intereses particulares netamente diferenciados. Al mismo tiempo, los tres mil habitantes de la pedanía de Torrenueva adscritos al municipio de Motril, instaban a través de sus legales representantes políticos localísimos el inicio del expediente de independencia de la metrópoli motrileña. En ambos casos con el visto bueno de la Excelentísima Diputación de Granada y de la no menos Ilustrísima Junta de los ERE de Andalucía.
Lo juro, ¡Vive Dios! para que conste dónde sea menester.
Se dice también, aunque esto no he podido constatarlo personalmente, que los mil vecinos del barrio de Igueldo se han lanzado a las calles en señal de protesta y han quemado algunos contenedores de basura frente al Excelentísimo Ayuntamiento de San Sebastián, amenazando con establecer unilateralmente sus fronteras y crear una policía aduanera de acceso a su macizo montañoso.
Por su parte, el alcalde de Guadiana del Caudillo, como máximo responsable de la corporación local y en representación de los productores de paletas y jamones del municipio, ha presentado un escrito ante la Junta de Extremadura solicitando que la actual denominación de origen “Dehesa de Extremadura” pase a llamarse “Dehesa del Caudillo”.

Si he logrado arrancarles una sonrisa, eso que se llevan puesto. Pero no se engañen. Aunque es bueno no renunciar a cierta dosis de humor en tiempos de dolor, los momentos actuales que vivimos en nuestra querida España son absolutamente trágicos para millones de ciudadanos. Solucionar sus problemas es lo importante, no la sed de poder de los miserables régulos de las distintas taifas. Ojalá aflore la sensatez entre tanta mediocridad política y derecho a decidir y no se cometan los errores del pasado. Si no, buena la que nos espera.
Dedico esta entrada a JL Sivón. Sirva como un abrazo muy grande y un “me alegra saber de ti de nuevo”, después de dos meses de silencio por el dolor sobrevenido. Espero haberte hecho sonreir y me permito enlazar con el video Youtube que me enviaste para una mejor comprensión del que guste de leer este blog.